El Balde Carbónico de la Misericordia: Inhóspito (por CPRecords)

Corría el año 2007-2008, y las sesiones de improvisación de El Balde Carbónico de la Misericordia, uno de los grupos que se formaron en torno al Carbonoproyecto, brotaban como una fuerza imparable e imprescindible para nuestra vida en estos lugares. Un fuego que nos reunía incontables veces, una especie de autodescubrimiento constante a través de la práctica de la improvisación. De todos modos, no buscábamos coincidir intencionadamente en ningún enfoque preestablecido, ni la improvisación libre contemporánea que rehúye de las estructuras y narrativas de la música convencional, ni la improvisación dentro de los yeites del rock, el jazz y otras. En todo caso era “libre” porque así se manifestaba el proceso, y el resultado no surgía por voluntad de interactuar sino por la escucha de todo lo que sucedía. Un ejercicio, como ya he contado en otras ocasiones, de “convivencia sonora”.

Y si bien como decía un amigo, “nadie necesita que esto suceda”, salvo quienes lo hacen y aquellos espíritus gemelos que lo absorben y recrean desde la escucha, el placer de esas construcciones inesperadas se asocia(ba) a un sentido casi de misión autoimpuesta. No eran zapadas para sacar ideas de canciones a pulir. Lo que sucedía era perfecto en ese momento y en todo caso lo único a pulir siempre fue la forma de grabarlo. Pero la música o el ruido o la canción, tenían que manifestarse en ese instante de conciencia sonora, como una suerte de conjuro de la energía y experiencias en esos días, y luego seguir adelante.

Y justamente «en esos días», el país revelaba que lo que hoy se conoce como “grieta” (eufemismo de la vieja lucha de clases al fin), seguía intacto. El conflicto desatado por la Ley 125 -que aumentaba las retenciones impositivas a los productos de los agronegocios como la soja por ejemplo- revivía viejos dilemas entre una minoría privilegiada dueña de grandes extensiones de tierra y millones de personas (argentinos también por más que les pese) que necesitan de políticas estatales acordes para tener acceso a mínimas condiciones de vida digna. Al medio de todo esto seguro hay muchos matices, pero pensar que un país que está siendo envenenado en masa por el uso de agrotóxicos ni siquiera puede aspirar a un poco de redistribución de esa riqueza que se genera a costa de la salud ambiental y humana, resulta demasiado.

En paralelo a ese clima de protestas y tensiones varias a nivel nacional, a nivel provincial en La Pampa, las topadoras de precisamente esos “dueños de la tierra” que no viven en el campo sino que administran empresas desde las grandes ciudades, destruían las casas de los campesinos del oeste pampeano para desalojarlos de los lugares que habitan desde hace más de un siglo. Los conocidos como Puesteros, son en su mayoría descendientes de pueblos preexistentes, que luego de la Campaña del Desierto huyeron a distintas provincias (quedarse significaba ser esclavizados en distintos trabajos por la triunfante oligarquía criolla que se apoderó de sus campos), mientras que otros prefirieron adentrarse en el oeste profundo, árido, sin agua, de clima extremo pero sin “patrones”. Allí había poco de valor para los gringos que preferían establecer sus latifundios y colonias agrícola-ganaderas en la parte centro-este de La Pampa, la más parecida a Buenos Aires. Muchas de esas tierras eran fiscales y otras ya habían sido parte de la repartija del botín entre los financistas de Roca y cía. Pero de todos modos, si aún hoy es complicado habitar allí, en aquellos tiempos era mucho más difícil. Como resultado, los “puesteros” siguieron su derrotero en esas lejanías olvidadas, sobreviviendo con la cría de chivos y sus conocimientos sobre las plantas y animales silvestres. Verdaderos campesinos que viven en una economía con mucho trueque, casi pre-capitalista, que cada algunos años sufren el hostigamiento legal de parte de los que ostentan “papeles” sobre esas “travesías” que nunca habitaron y ni siquiera conocen en su totalidad. Y como en general los paisanos se niegan a abandonar el lugar que les corresponde por derecho ancestral y por habitarlo efectivamente durante un siglo, son comunes los intentos de desalojo por la fuerza. Una de las acciones más comunes es el uso de topadoras, que aprovechan un descuido de las familias para destruir sus precarias viviendas y de ese modo forzarlos a irse a engrosar los cordones pobres de los suburbios en las ciudades y perderlo todo.

Las mismas patronales agrarias que decían ser atacadas por un gobierno democrático que les quería cobrar un impuesto lógico y equivalente a sus millonarias ganancias, por otro lado intentaban avanzar sobre las tierras donde vivían y viven pioneros campesinos, no empresarios rurales.

Motorizado por un grupo de estudiantes de distintas carreras universitarias, profesionales locales y representantes políticos, surgió en aquellos años en la Universidad Nacional de La Pampa el MALUT (Movimiento de Apoyo a la Lucha por la Tierra), como un proyecto de extensión universitario. El objetivo era asistir legal y solidariamente a los puesteros amenazados con los desalojos. Con ese fin se organizaban distintas actividades como viajes a los puestos donde se hacían reuniones para escuchar los reclamos y realidades particulares de cada uno, relevamientos, acciones concretas de apoyo y acompañamiento en defensa de esas familias ante el alerta de alguna topadora merodeando sus casas, y visibilización vía la prensa local de todas estas situaciones. En un par de ocasiones me sumé a esos viajes junto a mi compañera Claudia quien era la coordinadora del MALUT, y quedé fascinado por ese “otro planeta” donde resisten y tienen su rica historia esa gente curtida y silenciosa, de mirada profunda e infinitos conocimientos de un territorio que para el común de los mortales sería un no-lugar y nada más.

En una oportunidad entre el MALUT y colaboradores se pudo gestar una venida de los puesteros a Santa Rosa para hacer una marcha y hacerse oír por las autoridades y el resto de los pampeanos. Fue algo muy intenso y emotivo y si bien muchas personas se identificaron con ellos (ya que están en la ciudad, pero provienen de familias que tuvieron que “migrar” hacia los centros urbanos), varios santarroseños vieron por primera vez a esa gente que vive en otro tiempo dentro de éste, resistiendo lejos del mundo de consumo y sus supuestos “avances”.

Y más allá de que las movilizaciones de protesta eran (y siguen siendo, claro) moneda corriente por todo lo antedicho, el día que grabamos Inhóspito veníamos conmovidos de participar en aquella marcha de los puesteros. Urgía una sesión de El Balde Carbónico de la Misericordia…(FR)

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Ensamble del Espinal reactivado en CPRecords!

De ninguna manera las palabras que uno puede hilvanar cuando escribe sobre sonidos, música, escuchas, pueden explicar lo que no se explica. La poesía no se explica, el arte en general y la música no se explican, sino no sería necesario que existan esas expresiones. Pero sí podemos reflexionar sobre distintos aspectos de esas escuchas, ubicarlas en nuestro cosmos cultural y perceptivo. Por otra parte, toda manifestación artística sustancial más allá de que sea de nuestro agrado o no, es hija de un tiempo y un cúmulo de experiencias personales y colectivas. Y el artista, en este caso el que hace música, es parte de un engranaje más amplio, nada empieza ni termina con él, quien es en todo caso un explorador de todas esas mezclas y resonancias. 

Ensamble del Espinal surgió allá por el 2009, recién finalizado el ciclo de El Balde Carbónico de la Misericordia y Grupo de Música sin Nombre, grupos que surgieron en torno a las experiencias del Carbonoproyecto. Después de una serie de discos con el registro de sus sesiones y algunas presentaciones en vivo en Santa Rosa, Trenque Lauquen y Córdoba, sus actividades como grupo fueron mutando en otros proyectos. Mario siguió junto a Stereopomos y Dronosaurio en Trenque Lauquen, Ludmila dedicándose a terminar su carrera y enfocándose en distintos trabajos para su vida en Santa Rosa, y yo retomando proyectos radiofónicos y sonoros varios desde Toay.

De todos modos, y si bien más esporádicos, los encuentros siempre continuaron en distintos formatos experimentales. Y desde hace un par de años se vienen dando una serie de sesiones que naturalmente revelan muchos puntos en común con las prácticas de Ensamble del Espinal. Así que esta es su reactivación, en principio como trío, con Néstor Polenta, Mario Ayala y quien escribe.

Las diferentes improvisaciones que forman No se Puede surgieron durante una sesión extendida el 8 de junio de 2019. Y esa noche hubo “magia”, alquimia sonora y conjuros de otras épocas, con algunas referencias eminentemente locales. En De la Raza se improvisa un homenaje a uno de los barrios “villa miseria” que tuvo Santa Rosa llamado El Salitral, donde la mayoría de los habitantes eran familias descendientes de indígenas sobrevivientes a la Campaña del Desierto; En Usted es García, Mario recrea una de tantas situaciones cotidianas entre personajes de esta ciudad pampeana que recorría junto a su familia calle por calle trabajando como repartidores de diarios. Se trata, en fin, de memorias que ya son parte inseparable de quienes somos, y percepciones oscuras del futuro a la luz de un presente cada vez más difícil de sobrellevar con lucidez.

Justamente estas prácticas, en sus diferentes variantes son para nosotrxs esenciales como el agua para poder seguir construyendo otro mundo dentro de este mundo. Es que a esta altura de nuestras vidas está más que claro que esto no lo hacemos por ninguna carrera, ni por la ingenuidad de llegar a algún lado en medio de un viaje continuo, sino porque es simplemente “inevitable”.

Y en esta mutación interna permanente que se expresa en la propia práctica artística, la mayor satisfacción es sentir que han madurado un montón de aprendizajes, que hay muy pocas ansiedades que enturbien las acciones, y de que es mucho lo que tenemos por descubrir y compartir con ustedes, quienes sean, donde estén.

Por último aclaro que “no se puede” es nuestra manera de decir que “sí pero a nuestro modo”, de neutralizar por un rato esa maquinaria de consumos (culturales entre ellos) destinados a manipular mentes, cuerpos, sensibilidades y emociones en pos del sacrosanto mercado. (FR)

Ensamble del Espinal con ustedes, por AQUÍ

Nuevas Experiencias Musicales en el SE de Mendoza (compilado)

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Acercándonos al final de un 2017 que para el futuro de una gran mayoría de argentinos se torna cada vez más oscuro, se refuerza la convicción de que si algo interesante, que valga la pena, va a suceder, habrá que inventarlo. Casi siempre es así pero con períodos donde nos arrinconan más o menos, nos dejan respirar y renovar esperanzas  y apuestas o no. Pero si para algo sirve la conciencia acerca de esto es para prestar atención, escuchar, descubrir, valorar y hacer lo posible por potenciar aquellos caminos creativos que florecen en distintos ámbitos sea el tiempo que sea. Y este tiempo no es la excepción.

Fue para mí un gran placer participar de una edición del Festival San Experimental en San Rafael, Mendoza, a mediados de año. Allí pude conocer a Simón Miguelo y Graciela Alvarez Maroccolo, artistas organizadores y anfitriones super atentos del evento en cuestión. También a Eduardo Arauz, músico experimental radicado en Gral. Alvear, a pocos km de San Rafael, en el sudeste mendocino y a otros músicos que se acercaron y con los que intercambié algunas breves impresiones, pero suficientes  para que se dispare espontáneamente la idea que terminó plasmada en este compilado.

Siempre es una revelación cuando se puede recorrer, ya sea en vivo o a través de la web, sitios de los cuales tenemos muy pocas noticias en general, situación que se repite en la producción artística. Pareciera que, como la lógica de un país eternamente centralizado indica, gran parte de las identidades regionales han de construirse primero bajo la supervisión de Buenos Aires y de allí “bajar” a los diferentes rincones del territorio con la versión “típica” de “lo que es y lo que no es” de cada lugar. Pero la realidad nos demuestra que hay mucho más “allá afuera” de lo que asoma por las vías de los antiguos circuitos centrales y que no depende de la intermediación de estos para su existencia.

Prueba de esto último es el presente compilado que compartimos por CPRecords, el cual se circunscribe nada más que al área sudeste de Mendoza, no a toda una provincia que sería inabarcable en una sola edición si contáramos los proyectos que se dan en la capital mendocina, por ejemplo. Se puede apreciar aquí una gran diversidad y convivencia de estilos musicales muy definidos (lo cual no quiere decir “cerrados”), atravesados por el proceso de experimentación en un mix particular en cada caso  (es decir expandir y huir de los cánones de cada género más o menos sugerido o asociable).

Nuevas Experiencias Musicales en el Sudeste de Mendoza no es un compilado de ninguno de los géneros que lo habitan, ni siquiera limitado a la idea de “bandas nuevas”, sino que está concebido como un “ecosistema sonoro-musical” donde cada actor es parte necesaria y enriquecedora de un paisaje cultural que a menudo vibra (como en otras partes del país) debajo de la superficie. Sin embargo, hay quienes sostienen que en la “aparente monotonía” de algunos paisajes la imaginación crece libre, como en el espacio natural del sudeste de Mendoza o el oeste pampeano, donde se extiende un ambiente árido pero con una gran biodiversidad, donde la belleza no se impone, se descubre. (FR)

Invitamos a descubrir entonces un disco super-dinámico para escuchar, descargar y/o encargar su copia física en cdr, acceder a páginas resúmenes de cada autor y tanto pero tanto que no se puede más que dirigir el preciado CLICK  FLECHA FLECHAAQUI disco AQUI

Nuevo disco en CPRecords: Stereopomos + Viaje al Sueño.

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Mientras el reloj avaro corre tras el tiempo para deglutirlo antes que nosotros, solo podemos atinar al presente como defensa y refugio….

Y la referencia a la cuestión temporal tiene que ver con la publicación de un disco que más allá de su música está atravesado por el tiempo, y claro, con el tiempo, las distancias. El caso es que a las habituales sesiones de Stereopomos en Trenque Lauquen, se sumó César Martín, radicado en Córdoba,  integrante junto a Mario Ayala del dúo Viaje al Sueño. Y ahora pienso que a veces lo que suena en la superficie tiene también el sonido del tiempo sosteniéndolo desde las profundidades, como un iceberg. Y es que son treinta años ya desde los experimentos ambient de Viaje al Sueño activos entre Santa Rosa y Trenque Lauquen (en CPRecords hay disponibles dos discos que pudieron ser rescatados de viejas cintas de los 90: Y dejen que llueva y Puertas). Por otro lado y como ya lo he mencionado aquí en ocasión de presentar su primer disco (Blanco Frío Trenque Lauquen), Néstor Polenta y Pomo Peralta de Stereopomos tienen toda una vida como músicos en diferentes proyectos pioneros del rock en Trenque Lauquen, desde mediados de los 70s.

En cuanto al disco, cada uno de los momentos que lo forman (capturados con la idea un tanto impresionista de la grabación de campo que busca atrapar un irrepetible instante sonoro de alto disfrute en la improvisación), fluye con la naturalidad de un juego que a esta altura es casi una tradición en algunos participantes, pero que siempre puede sorprender como la primera vez, tanto a quienes lo juegan como a quienes se sumergen en una escucha activa de los resultados. Quizá por algo de esto el ensamble entre los músicos aquí reunidos me resulta,- y valga la redundancia-, natural, fluido en su particularidad, en su deleite por sonoridades flotando en distintos planos manifestándose en la búsqueda. Hay ambient , -esa música sin principio ni final-, hay ruidismo, hay rock progresivo, aires de jazz, reminiscencias inevitables del espíritu del krautrock,  pero más allá de todo eso no aparece una «fusión» deliberada de estilos, sino síntesis. Síntesis, una gema cada vez más difícil de hallar en el mercado que impone probar fórmulas para el éxito, pero que aún habita en otros mundos dentro de este, donde la música y la experimentación son una práctica que resignifica nuestro «estar» en la vida.

Por todo ello y mucho más, los invito a recorrer Distancias Enlazadas, que es parte de un presente con memoria (aunque no atado a ella) , donde, -y guiándome por la portada del disco-, una nueva red de nervaduras se suma a las que ya traen alimento desde puntos lejanos en tiempo y espacio, para que sigan reverdeciendo más y más hojas de algún árbol… (FR)

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La Hostia en CPRecords

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*scroll down for English version

La Hostia es un proyecto de improvisación ruidista y no tanto, que surge, en principio, como dúo a cargo de Daniel Sulmaiter y Fabián Racca en el 2012. Sus primeras apariciones son en formato de experimento audiovisual (carbonoproyecto.net/podcasts/otros/otros2012-interferiosa/), con la colaboración de Mario Ayala .

Las sesiones de La Hostia exploran los límites y posibles cruces entre lo electrónico y lo acústico a través de la improvisación libre, con un siempre cambiante rango de fuentes sonoras. La búsqueda puede girar en torno al ruido que circula por retroalimentación entre una computadora y una mixer, objetos encontrados, aparatos electrónicos descartados,  hasta (como en este caso), manipulaciones de aplicaciones sonoras para teléfonos celulares y el clásico nebulizador para combatir las alergias invernales.

Son los tiempos de la inmediatez, las tecnologías que se condensan en un teléfono celular apuntan a la inmediatez, un nebulizador suena inmediatamente apretando un botón. Este posteo obliga a más de dos clicks para llegar al contenido (horror!)…. Pero aquí esa inmediatez tiene su propia lógica: el sonido es de un low-fi cercano al de los instrumentos de juguete electrónicos, la idea de «control» del devenir sonoro es ridícula, y la mejor forma de meterse en el juego es aceptando que la tecnología (esa gran zanahoria), es otro integrante más que nos ofrece variaciones impensadas….La escucha abierta al fin es lo que resuelve todo dilema. Y como en toda improvisación el performer es el operario que va modelando según su percepción/reacción lo que acontece en el proceso.

Aviso: Si bien probar esta hostia con calidad de sonido telefónico nos puede ayudar a navegar sin límites entre mares de basura electrónica, y según probos usuarios tiene efectos de armonización cósmica, todo sucede en la mas absoluta normalidad.

[Agradecemos infinitamente a Mariela Inés González por su hermoso trabajo para el arte de tapa.]

Los invitamos a acceder al disco

por AQUI.

La Hostia [The Host] is a project of noise improvisation and not so much, that arises in principle as a duo by Daniel Sulmaiter and Fabian Racca in 2012. Their first appearances are in the form of audiovisual experiment (carbonoproyecto.net/podcasts/otros/ otros2012-interferiosa /), with the collaboration of Mario Ayala. In this unit we call disk, a series of improvs with a nebulizer, phone apps with android system (generating noise, loops, sampler, drums pad), voices and effects processing.

La Hostia sessions explore the limits and possible crosses between the electronic and the acoustic through free improvisation, with an ever changing range of sound sources. The search can revolve around noise that circulates by feedback between a computer and a mixer, objects found, discarded electronic devices, up to (as in this case), manipulations of sound apps for cell phones and the classic nebulizer to combat winter allergies.

These are the times of immediacy, the technologies that condense on a cell phone point to the immediacy, a classic nebulizer sounds immediately by pressing a button. But this immediacy has its own logic here: the sound is a low-fi near those of electronic toy instruments, the idea of «control» over the process is ridiculous, and the best way to get into the game is accepting that technology is another member that offers us unpredictable variations…. Open listening is in the end what solves every dilemma, and the performer is the operator who is modeling what happens in that process according to his/her perception/reaction.

A note: While testing this host sound with phone sound quality can help us navigate without boundaries between seas of electronic waste, and according to experienced users it have cosmic effects of harmonization, everything happens in absolute normality.

It was recorded in September 2016 in La Casita de Carbono [Little Carbon House], Toay, La Pampa.                                                                                                                                                               We infinitely thank Mariela Inés González for her awesome work for cover art.

Go to the album HERE