Las protagonistas del desarrollo de esta pieza, grabada en invierno de 2014, son las palabras, en este caso extraídas de una lectura en voz alta y con cierto azar de un diario virtual, por alguien con la voz “sin aclarar” del recién levantado en la mañana. Fue construida mediante yuxtaposiciones e interacciones con sonidos de interferencias de celulares, y cantos de gorriones procesados hasta que solo son una serie de intervenciones agudas y graves, con el ritmo natural de los pájaros, pero robotizados. Al comienzo hay una especie de breve narración sonora con grabaciones de calles en la ciudad de Santa Rosa, en La Pampa, por la mañana temprano, a modo de introducción con el “afuera” donde vive este sujeto consumidor de lecturas de la realidad. Lecturas que se deshacen en la resonancia de las palabras, palabras que sugieren otros posibles significados a partir de mezclarse en la randomización, y que al manipularlas producen un tipo de música, o que simplemente se acumulan como fragmentos sueltos, sin sentido, casi basura comunicacional. La utilización en una parte de la mezcla de un clima con guitarra, tiende a realzar la triste percepción de millones de personas sobre las cuales “noticias caen” la mayor parte del tiempo.
Idea, sonidos, voces, guitarra y edición por Fabián Racca. Toay, La Pampa, Rep. Argentina. Gracias a Franco Falistoco Araya (productor del programa radiofónico que se emite por Radio Universidad de Rosario:  El ruido es el mensaje ) por su diseño de portada para la pieza.