Pieza construida en 2014, a partir de una grabación de campo identificada como «Rana en la banquina» de 1997, que grabé en la ruta 35 (ruta nacional que atraviesa La Pampa de norte a sur), entre Santa Rosa y Realicó. En estos lugares semiáridos de Argentina, con escasez de agua, es poco frecuente escuchar ranas salvo situaciones particulares. La grabación original capta el sonido del viento entre los pastos, a eso de las 16hs, en un día de invierno tardío, y una rana que alterna su canto con el sonido de motores en la ruta. El hecho de haber aumentado un poco el número de ranas a través de la edición, tiende a marcar que su presencia allí (no era un zanjón de desagüe por ejemplo), podía ser indicador de algún cambio como el que efectivamente se vivió poco tiempo después con las inundaciones de estos mismos lugares durante un año aproximadamente. Algo impensable para el paisaje y clima pampeanos. Mientras ellas empezaban a poblar los pastizales en un suelo cada vez más húmedo, las personas circulaban por la ruta, como siempre, muy ocupados en cosas “más importantes” que la observación del entorno.  El cambio era en realidad imperceptible solo para nosotros. La pieza intenta reflejar también, desde lo sonoro,  el grado de aislamiento de la naturaleza en el que vivimos, y esa percepción incompleta de la realidad que se produce al actuar como si este fuera solo un mundo de humanos y para humanos. (FR)