Historia

A fines de 1998 surge -impulsada por Fabián Racca- la idea de contextualizar (agrupar) una serie de prácticas musicales, como la improvisación libre, la experimentación sonora, y reflexiones y conceptos relacionados a ellas y el entorno en el que se desarrollan, en un proyecto concreto: el Carbonoproyecto, en Santa Rosa y Toay, en La Pampa. Argentina.
Con la colaboración de Claudia Salomón, se empezaron a delinear una serie de objetivos posibles, como compartir estas experiencias e ideas con las personas que se interesen, y tratar de difundir todo esto, sumado a lo que necesariamente se vaya aprendiendo, a través de los medios posibles, a la vez que armar un archivo y su base de datos correspondiente, con una serie de grabaciones, acumuladas durante varios años, que sirviera entre otras cosas, como base para todo lo nuevo que se vaya produciendo. Estas grabaciones incluyen, en esa primera etapa, experimentaciones de radio que se producían para la FM BDC 107.1 de Santa Rosa, entre 1991 y 1996, documentaciones de distintos paisajes sonoros realizadas por FR, principalmente en La Pampa, experimentaciones posteriores a 1996, ya sean solistas o en conjunto con otros amigos, que con mayor o menor continuidad, se interesaron por algún aspecto de estas prácticas, y con quienes se fueron armando dúos o tríos que funcionaron en diferentes etapas. También se incluyen en estas grabaciones, improvisaciones colectivas junto a personas de distintas edades que en general no tienen la práctica de la música como algo habitual.
Este archivo va ampliándose en sucesivas etapas. Entre el 2000 y el 2004, F.R envía una serie de mails a distintos artistas, investigadores y educadores, con la descripción e ideas del proyecto, así se produce el contacto con artistas como Pauline Oliveros en Nueva York, o Hildegard Westerkamp y Gayle Young en Canadá, quienes se interesaron, valoraron y ayudaron a difundir la producción sonoro-musical-conceptual del Carbono en otras partes del mundo. Este intercambio fue de gran aliento y valor educativo, y ayudó a seguir trabajando con pasión en una actividad que, tal vez por su condición de realmente innovadora y falta de referencias locales, no tuvo (y aún no tiene salvo contadas exepciones), apoyo en el ámbito de la cultura local pampeana. Es decir que todos estos años nos hemos sostenido (como tantos artistas sudamericanos), con el convencimiento y el placer de los resultados, sobreviviendo con trabajos comunes que por suerte nos permitieron poder seguir avanzando, aún en circunstancias impensables para los circuitos culturales centrales, sin tener que resignar el espíritu de búsqueda y experimentación.

A mediados del 2006, surge la idea de amalgamar las distintas iniciativas previas en una banda que funcione como un colectivo de improvisación y experimentación musical, más allá de las actividades como dúos, solistas, etc. Fue también una manera de empezar a ganar experiencia en las presentaciones en vivo por fuera de las performances habituales en la Casita de carbono (el estudio donde se vienen produciendo grabaciones y encuentros desde 1999 a la actualidad). Apareció así el “Grupo de música sin nombre” (o GMSNM), que culminó su etapa (a fines del 2006) con un par de presentaciones en vivo, junto al músico Alan Courtis de Buenos Aires, durante un tour organizado por el carbonoproyecto con la colaboración de la FM BDC, que incluyó un show en vivo en Santa Rosa y talleres de improvisación libre (a cargo de Courtis), e intercambios y performances en la Casita y el Patio de Carbono.
A partir del 2007 el grupo adopta el nombre definitivo de “El balde carbónico de la misericordia”, (M. Ayala, J. Maluendres, F. Racca, N. Tempesta, C. Martín, e invitados) grabando varios discos y realizando shows en vivo en Santa Rosa, Trenque Lauquen y ciudad de Córdoba.
En el 2008 el Carbono participa con su producción del proyecto catálogo de músicos experimentales argentinos propuesto por el CCEBA (Centro cultural de España en Buenos Aires), cuya elaboración (que aún continúa) está a cargo de los críticos musicales Norberto Cambiasso y Daniel Varela.
En el 2009 se forma una nueva agrupación, que se llama “Ensamble del Espinal”, como una manera de darle salida al trabajo que vienen realizando F. Racca, M. Ayala y Ludmila Ayala desde este año.
Hay que aclarar que (debido a vivir algo retirados de los centros urbanos), recién a partir del 2009 el carbono cuenta con acceso al servicio de internet banda ancha, hasta ahora nos habíamos manejado con los servicios públicos locales y sus limitaciones, lo cual demoró bastante la concreción de algunos objetivos del proyecto. Por suerte desde este año eso cambió y estamos disfrutando de las posibilidades de armar nuestros sitios y mantener una fluida comunicación con personas y artistas en la red.

A medida que se desarrollan distintas instancias del proyecto, se va profundizando en conceptos como la improvisación libre, la ecoacústica, el arte de radio, la escucha profunda, la manipulación sonora, como diferentes partes que se articulan y entrecruzan en una experimentación de códigos propios y abiertos al entorno social-cultural-natural del cual somos parte. Si bien esta experiencia no es surgida de la academia, tiene puntos de contacto y reconocimientos en ese ámbito, (tanto Oliveros como Westerkamp o Young, son compositoras que trabajan en distintas especializaciones sonoro musicales, en universidades de artes y en medios de difusión de gran prestigio académico, como la revista “Musicworks” de Canadá o el jornal “Soundscape” de Ecología Acústica. Este particular y complejo proceso genera nuevos campos de búsqueda, muchas veces indefinibles e impredecibles, lo que indica que en el Carbonoproyecto el camino continúa y siempre hay más por descubrir, por aprender…

 

 

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