Mientras el reloj avaro corre tras el tiempo para deglutirlo antes que nosotros, solo podemos atinar al presente como defensa y refugio….
Y la referencia a la cuestión temporal tiene que ver con la publicación de un disco que más allá de su música está atravesado por el tiempo, y claro, con el tiempo, las distancias. El caso es que a las habituales sesiones de Stereopomos en Trenque Lauquen, se sumó César Martín, radicado en Córdoba, integrante junto a Mario Ayala del dúo Viaje al Sueño. Y ahora pienso que a veces lo que suena en la superficie tiene también el sonido del tiempo sosteniéndolo desde las profundidades, como un iceberg. Y es que son treinta años ya desde los experimentos ambient de Viaje al Sueño activos entre Santa Rosa y Trenque Lauquen (en CPRecords hay disponibles dos discos que pudieron ser rescatados de viejas cintas de los 90: Y dejen que llueva y Puertas). Por otro lado y como ya lo he mencionado aquí en ocasión de presentar su primer disco (Blanco Frío Trenque Lauquen), Néstor Polenta y Pomo Peralta de Stereopomos tienen toda una vida como músicos en diferentes proyectos pioneros del rock en Trenque Lauquen, desde mediados de los 70s.
En cuanto al disco, cada uno de los momentos que lo forman (capturados con la idea un tanto impresionista de la grabación de campo que busca atrapar un irrepetible instante sonoro de alto disfrute en la improvisación), fluye con la naturalidad de un juego que a esta altura es casi una tradición en algunos participantes, pero que siempre puede sorprender como la primera vez, tanto a quienes lo juegan como a quienes se sumergen en una escucha activa de los resultados. Quizá por algo de esto el ensamble entre los músicos aquí reunidos me resulta,- y valga la redundancia-, natural, fluido en su particularidad, en su deleite por sonoridades flotando en distintos planos manifestándose en la búsqueda. Hay ambient , -esa música sin principio ni final-, hay ruidismo, hay rock progresivo, aires de jazz, reminiscencias inevitables del espíritu del krautrock, pero más allá de todo eso no aparece una «fusión» deliberada de estilos, sino síntesis. Síntesis, una gema cada vez más difícil de hallar en el mercado que impone probar fórmulas para el éxito, pero que aún habita en otros mundos dentro de este, donde la música y la experimentación son una práctica que resignifica nuestro «estar» en la vida.
Por todo ello y mucho más, los invito a recorrer Distancias Enlazadas, que es parte de un presente con memoria (aunque no atado a ella) , donde, -y guiándome por la portada del disco-, una nueva red de nervaduras se suma a las que ya traen alimento desde puntos lejanos en tiempo y espacio, para que sigan reverdeciendo más y más hojas de algún árbol… (FR)
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