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Invitamos a descubrir entonces un disco super-dinámico para escuchar, descargar y/o encargar su copia física en cdr, acceder a páginas resúmenes de cada autor y tanto pero tanto que no se puede más que dirigir el preciado CLICK
Fin de año pleno de ediciones. Hoy, Gabriel Pereira Spurr en CPRecords.
Presentamos Lim Boh, disco de Gabriel Pereira Spurr, músico uruguayo radicado en Argentina desde hace bastante tiempo ya. Ubicada en la copa infinita del árbol “experimental”, la música de Gabriel fluye y se contorsiona en distintas direcciones. A esta altura es casi normal y aceptado que los músicos menos convencionales se hagan cargo (aunque no declamen su independencia) de todo el proceso de producción, al punto en que suelen ser indivisibles la composición de la performance, la grabación, la mezcla y casi todo lo que viene hasta que el disco está disponible para su escucha. Por ello hablamos aquí de una polifuncionalidad que directamente se engulle el lugar del artista y el del artesano, dos calificaciones (a menudo usadas de modo discriminatorio) que se diluyen y reaccionan químicamente entre sí para generar algo nuevo. Finalmente la obra es el resultado de y está influenciada por todo ese proceso, se termina nutriendo del mismo .
Con la guitarra como su instrumento principal y munido de un set de herramientas digitales y analógicas, Gabriel construye, desde la libertad de su mundo creativo, una música que visita, habita y conecta diversas formas, edificios y patios abandonados o quizá solo en espera permanente. Aparece entonces cierto ambient de espíritu industrial que recorre paisajes mecanizados, donde aún sobreviven voces ancestrales, como un rescoldo de lo que alguna vez fuimos, y ya ardió.
Lo dije hace unos años cuando recién conocí alguno de sus trabajos: Viva la música, Viva Spurr! (FR)
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Stereopomos en CPRecords
Con frecuencia hablamos (en este y otros espacios) de música experimental, improvisación libre, de rock o folck por fuera de los estereotipos, de progresiva, ambient, paisajes sonoros y otras aproximaciones a la universal práctica de la música. Pero no hay término ni definición que no se preste a interpretaciones y comparaciones dudosas sin el contexto donde se dan estas acciones creativas. Efectivamente hay mundos dentro de mundos en cada actividad humana y la música o el trabajo artístico con sonidos no son la excepción. Hay gente que bucea en las aguas inquietas de la experimentación a través del estudio de diferentes variantes musicales contemporáneas en la academia, hay quienes también dedican años de su vida a producir y experimentar de forma autodidacta, o quienes realizan su búsqueda desde la fusión de géneros más convencionales o populares. Y si bien hay un hilo en común que es la música, el sonido, cada uno tiene su particularidad, su manera de abordar cada género. Por ello no es fácil decir qué es y qué no es improvisación libre por ejemplo, porque cada uno tiene su propio “libre de…”, o qué es y qué no es música experimental, término que tiene tanta amplitud y diversidad de enfoques como personas experimentando hay. Finalmente lo que siempre termina de clarificar la cosa es la música, lo que suena, lo que se transmite, y el compromiso de cada uno con su práctica. El resto puede que esté en manos del azar o de las construcciones culturales que moldearon más o menos abiertamente la percepción de quien escucha.
Desde esa galaxia sin fórmulas entonces, llega Stereopomos, proyecto surgido de tres historias de vida y musicales ligadas en diferente grado al ámbito cultural-musical de Trenque Lauquen (provincia de Buenos Aires) desde los años 70. Década cuya oscuridad alumbró paradójicamente manifestaciones artísticas fundacionales que emergieron como una resistencia de la vida ante tanto miedo instalado de infinitas formas.
Casi cuarenta años después de todo esto, el camino tiene un recodo imprevisible, habitado por Néstor Polenta (tecladista de Igoagrio, banda de rock pionera de fines de los 70 (1977-82) en Trenque Lauquen que más tarde derivó en La Sobrecarga. Aún recuerdo unas grabaciones casi clandestinas (que me hiciera escuchar Mario Ayala hace unos años), en el sótano-sala de ensayo de la casa de Néstor y en algún teatro de la ciudad en plena dictadura, que realmente sorprenden hoy en día); Eduardo “Pomo” Peralta, baterista y percusionista que formó parte de numerosos grupos rockeros, jazzeros, bluseros, quien desde siempre transmite su conocimiento a nuevas generaciones de bateristas en ese lugar; y por último, un conocido de la casa carbónica, Mario Ayala, quien incursionó desde fines de los 70, principio de los 80 en el rock de garaje (o “de patio” según anécdotas que ha contado alguna vez), integrante junto a Cesar Martin, del dúo Viaje al Sueño, surgido entre Trenque Lauquen y Santa Rosa (La Pampa), con un estilo indefinible que poco tiempo después se llamó ambient, pero que en realidad es Viaje al Sueño. Mario también es un partícipe desde la primera hora en el Carbonoproyecto, compartiendo diversos grupos (GMSN, El balde carbónico de la misericordia, Ensamble del Espinal, entre otros) y experiencias que se pueden encontrar recorriendo las publicaciones de este sitio sin ir más lejos.
Stereopomos aparece de primera mano como una síntesis posible de todo lo mencionado. Y quizá, justamente por eso, asomen otros interrogantes imposibles de responder de modo pertinente con palabras. Porque el terreno de la música que fluye desde este trío de guitarra procesada, teclados, batería, voces, tiene un paisaje propio, que invita a descubrirlo, a vivirlo a través del tiempo de escucha. Y como toda expresión sin concesiones quedará prendada en el sentido musical de unos cuantos y será directamente ignorada por muchos otros según indica la lógica imperante. Y qué más da, parece decirnos Stereopomos, si siempre ha sido así!
Y esa es más que suficiente razón para compartir con gran alegría desde CPRecords, su primer registro en forma de disco-documento: Blanco Frío Trenque Lauquen. (F.R)