Grata sorpresa descubrir a alguien como Tristan Perich, joven compositor basado en N. York, pianista, orquestador, artista visual y exquisito músico experimental de los que logran que nos preguntemos cosas, que repensemos, por ejemplo, los alcances de esa palabrita (Música) que repetimos tanto. Alguien que compone desde ensambles orquestales clásicos, scores a pedido para grupos como Bang on a Can, dibujos realizados por máquinas, hasta performances de improvisación con Loud Objects, grupo en el que la presentación consiste en ir soldando circuitos electrónicos en vivo, en probar diferentes posibilidades de conexión, de circulación del sonido, ante un público que celebra cada nuevo ruido que se suma a la mezcla. Desde el 2004, trabaja con tonos electrónicos de 1 Bit, la más baja calidad de sonido digital, inspirado en la matemática y la física, utilizándolos tanto en el lúdico y lúcido noise de Loud Objects como en composiciones para ensambles con instrumentos clásicos. Una de sus últimas creaciones, es sencillamente una maravilla conceptual: 1-Bit Symphony. Se trata de un circuito electrónico completo, programado y ensamblado a mano por el mismo Perich, dentro de una caja de CD standard. En un costado de la caja hay un plug in para conectar auriculares, y así poder escuchar, activando la llave de corte y encendido del circuito, una composición electrónica de Tristan Perich alojada en un microchip. Una idea simple pero de efectos complejos, que juega con los límites del arte físico y el electrónico, que ayuda a expandir (y desacralizar) las ideas de música y, algo muy importante, logra un divertido acceso a la experiencia musical, ya que el planteo tiene un innegable gran sentido del humor. Les presentamos a Tristan Perich…